Sandra Beltrán: Hay que trabajar para conseguir los sueños
biografia de sandra beltran
Sandra Beltrán: Hay que trabajar para conseguir los sueños
Por Andrés Jácome
El 5 de junio de 1975 llegó al mundo un angelito que luego se transformó en La Diabla, es la actriz santandereana Sandra Beltrán, quien se hizo famosa gracias a su papel de Yessica 'La Diabla', la proxeneta de la serie de Caracol 'Sin tetas no hay paraíso'. Pero este personaje no fue el primero ni Sandra llegó a la televisión por coincidencia, lleva más de 10 años en el medio.
El inicio de Sandra en la televisión se dio por hacerle caso a su corazón. "Fue un conjunto de muchas situaciones, decisiones que tomé o simplemente el impulso o el llamado que me hacia el cuerpo y el alma para tener un cambio en mi vida. Mis papás lo tomaron muy mal, siempre me decían que ese medio era peligroso, que había mucha droga, que no me iba a dar plata, que me iba a quedar pobre, que Bogotá era una ciudad grande, costosa, mejor dicho que tenaz. Que no iba a durar ni tres meses y gracias a Dios ya voy para los 10 años", afirma la actriz.
Recuerda que la llegada a Bogotá fue la cuota inicial de la ilusión. Sandra estaba feliz, ansiaba una dosis de libertad y en la capital la encontró, aunque todo no era color de rosa. "Estar por primera vez sola era la máximo, aunque con el tiempo la cosa se fue complicando porque mis papás no podían ayudarme y ni por el putas me quería devolver, estaba segura y me tocó trabajar y estudiar al tiempo. Comí mucha mierda pero salí adelante, sobreviví a la metrópoli, al frío, al trabajo, y aprendí que era lo más importante, el valor del dinero y de tener prioridades antes que gustos", puntualiza Sandra quien además entendió el sacrificio de sus padres, lo que le permitió acercarse a ellos y al resto de su familia.
El inicio de Sandra en la televisión se dio por hacerle caso a su corazón. "Fue un conjunto de muchas situaciones, decisiones que tomé o simplemente el impulso o el llamado que me hacia el cuerpo y el alma para tener un cambio en mi vida. Mis papás lo tomaron muy mal, siempre me decían que ese medio era peligroso, que había mucha droga, que no me iba a dar plata, que me iba a quedar pobre, que Bogotá era una ciudad grande, costosa, mejor dicho que tenaz. Que no iba a durar ni tres meses y gracias a Dios ya voy para los 10 años", afirma la actriz.
Recuerda que la llegada a Bogotá fue la cuota inicial de la ilusión. Sandra estaba feliz, ansiaba una dosis de libertad y en la capital la encontró, aunque todo no era color de rosa. "Estar por primera vez sola era la máximo, aunque con el tiempo la cosa se fue complicando porque mis papás no podían ayudarme y ni por el putas me quería devolver, estaba segura y me tocó trabajar y estudiar al tiempo. Comí mucha mierda pero salí adelante, sobreviví a la metrópoli, al frío, al trabajo, y aprendí que era lo más importante, el valor del dinero y de tener prioridades antes que gustos", puntualiza Sandra quien además entendió el sacrificio de sus padres, lo que le permitió acercarse a ellos y al resto de su familia.
De niña era posuda"
a vida de Sandra ha transcurrido entre Barrancabermeja, Bucaramanga y Bogotá, y es precisamente en el puerto petrolero donde vivió sus años de infancia, en un ambiente en el que era el centro de atracción. "Mis tías son las que me cuentan que yo decía desde muy pequeña que quería ser actriz -la verdad, yo no me acuerdo-, lo que sí recuerdo es que me gustaba que me tomaran fotos bailando y haciendo muecas. Toda la vida he sido muy hiperactiva, pero me cuentan que era muy posuda y siempre estuve metida en cuanta obra o baile había en el colegio", explica Sandra que descubrió su verdadera vocación estudiando actuación cuando interpretó un personaje que ella volvió realidad.
Era una niña inquieta y no sabían como mantenerla en un solo sitio. Su mamá jugaba baloncesto y una de las compañeras de equipo tenía un hijo de su misma edad, seis años, y decidieron llevarlos a los entrenamientos y los partidos al igual que a ella. "Me acuerdo que a esa edad sentía que estaba enamorada de ese niño. Un día en un partido nos encaramamos a un árbol a darnos besitos, estábamos en la felicidad profunda cuando siento un brazo fuerte que me va bajando y dando una palmada. . . era mi papá, el regaño fue increíble, pero a mí no me importaba porque yo había quedado feliz& el castigo ni se lo imaginan", comenta entre risas la actriz.
Luego vino la adolescencia y la universidad. Sandra comenzó a estudiar Comunicación Social en la Universidad Autónoma de Bucaramanga donde cursó tres semestres, de allí quedaron amigos y la decisión de irse a Bogotá. En la capital comenzó con clases de actuación y el personaje de Jenny en 'Padres e hijos', el primero en su carrera, fue el que le abrió las puertas en este competido mundo.
a vida de Sandra ha transcurrido entre Barrancabermeja, Bucaramanga y Bogotá, y es precisamente en el puerto petrolero donde vivió sus años de infancia, en un ambiente en el que era el centro de atracción. "Mis tías son las que me cuentan que yo decía desde muy pequeña que quería ser actriz -la verdad, yo no me acuerdo-, lo que sí recuerdo es que me gustaba que me tomaran fotos bailando y haciendo muecas. Toda la vida he sido muy hiperactiva, pero me cuentan que era muy posuda y siempre estuve metida en cuanta obra o baile había en el colegio", explica Sandra que descubrió su verdadera vocación estudiando actuación cuando interpretó un personaje que ella volvió realidad.
Era una niña inquieta y no sabían como mantenerla en un solo sitio. Su mamá jugaba baloncesto y una de las compañeras de equipo tenía un hijo de su misma edad, seis años, y decidieron llevarlos a los entrenamientos y los partidos al igual que a ella. "Me acuerdo que a esa edad sentía que estaba enamorada de ese niño. Un día en un partido nos encaramamos a un árbol a darnos besitos, estábamos en la felicidad profunda cuando siento un brazo fuerte que me va bajando y dando una palmada. . . era mi papá, el regaño fue increíble, pero a mí no me importaba porque yo había quedado feliz& el castigo ni se lo imaginan", comenta entre risas la actriz.
Luego vino la adolescencia y la universidad. Sandra comenzó a estudiar Comunicación Social en la Universidad Autónoma de Bucaramanga donde cursó tres semestres, de allí quedaron amigos y la decisión de irse a Bogotá. En la capital comenzó con clases de actuación y el personaje de Jenny en 'Padres e hijos', el primero en su carrera, fue el que le abrió las puertas en este competido mundo.
Y apareció la tele ...
"Jenny era una drogadicta con el que me fue muy bien. Allí supe lo que era sentir que la gente te reconociera en la calle y te pidiera autógrafos y reiteré que quería ser actriz. Esto
fue aproximadamente en 1997", dice Sandra quien de allí en adelante se comenzó a capacitar para regresar en el año 2000, cuando se sentía mejor preparada para afrontar más retos y personajes.
De esta manera llegó 'Rauzán', 'Se armó la gorda', 'A donde va soledad', 'Francisco el matemático', 'Pecados capitales' y su primera novela completa: 'La mujer en el espejo, producción internacional de Telemundo. También participó en los programas unitarios como 'Así es la vida', 'Historias de hombres solo para mujeres', 'Expedientes', 'Unidad investigativa' y 'Séptima puerta'. Durante estos años Sandra hizo comerciales para televisión, fotografía y actuó en cortos de cine para universidades, teatro y café concierto.
Una extensa experiencia que le dio la oportunidad de interpretar a La Diabla en el éxito televisivo de 2006 'Sin tetas no hay paraíso' en el Canal Caracol, serie que se robó los aplausos y que le abrió las puertas para seguir por un camino exitoso. "De Yessica si tengo algo, cuando me conviene me gusta la picardia y la coquetería, me gusta sentirme mujer, sexi y sensual, sobre todo con mi diablito. . .".
Hoy Sandra Beltrán goza las mieles del éxito de su última actuación que le ha abierto más y mejores oportunidades pero sigue preparándose con más ímpetu que en el comienzo. "Soñar no es suficiente, hay que trabajar para conseguir esos sueños. Yo estoy segura de lo que quiero y lucho todo los días por conseguirlo y eso me hace feliz", argumenta Sandra quien cuando no actúa lee, escucha música, comparte con la gente que quiere, va a cine o duerme cuando se puede.
Pero lo que tiene más claro es el amor que le profesa a su familia y la importancia que tienen en su corazón "que es muy grande, porque le cabe todo el amor que puedo ofrecer a quien lo quiera recibir. Porque me da vida y me permite amar y vibrar. Mi familia completa es mi vida, son cariñosos, nobles, soñadores, están siempre juntos y están ahí para el que lo necesite. Siempre nos estamos apoyando", puntualiza Sandra quien tiene un objetivo claro, el mismo que descubrió hace diez años y el que seguramente alcanzará gracias a su empeño para estar por muchos años en la pantalla chica.
"Jenny era una drogadicta con el que me fue muy bien. Allí supe lo que era sentir que la gente te reconociera en la calle y te pidiera autógrafos y reiteré que quería ser actriz. Esto
fue aproximadamente en 1997", dice Sandra quien de allí en adelante se comenzó a capacitar para regresar en el año 2000, cuando se sentía mejor preparada para afrontar más retos y personajes.
De esta manera llegó 'Rauzán', 'Se armó la gorda', 'A donde va soledad', 'Francisco el matemático', 'Pecados capitales' y su primera novela completa: 'La mujer en el espejo, producción internacional de Telemundo. También participó en los programas unitarios como 'Así es la vida', 'Historias de hombres solo para mujeres', 'Expedientes', 'Unidad investigativa' y 'Séptima puerta'. Durante estos años Sandra hizo comerciales para televisión, fotografía y actuó en cortos de cine para universidades, teatro y café concierto.
Una extensa experiencia que le dio la oportunidad de interpretar a La Diabla en el éxito televisivo de 2006 'Sin tetas no hay paraíso' en el Canal Caracol, serie que se robó los aplausos y que le abrió las puertas para seguir por un camino exitoso. "De Yessica si tengo algo, cuando me conviene me gusta la picardia y la coquetería, me gusta sentirme mujer, sexi y sensual, sobre todo con mi diablito. . .".
Hoy Sandra Beltrán goza las mieles del éxito de su última actuación que le ha abierto más y mejores oportunidades pero sigue preparándose con más ímpetu que en el comienzo. "Soñar no es suficiente, hay que trabajar para conseguir esos sueños. Yo estoy segura de lo que quiero y lucho todo los días por conseguirlo y eso me hace feliz", argumenta Sandra quien cuando no actúa lee, escucha música, comparte con la gente que quiere, va a cine o duerme cuando se puede.
Pero lo que tiene más claro es el amor que le profesa a su familia y la importancia que tienen en su corazón "que es muy grande, porque le cabe todo el amor que puedo ofrecer a quien lo quiera recibir. Porque me da vida y me permite amar y vibrar. Mi familia completa es mi vida, son cariñosos, nobles, soñadores, están siempre juntos y están ahí para el que lo necesite. Siempre nos estamos apoyando", puntualiza Sandra quien tiene un objetivo claro, el mismo que descubrió hace diez años y el que seguramente alcanzará gracias a su empeño para estar por muchos años en la pantalla chica.
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